Mi Formación Económica Es Neoclásica, Pero Me Curé

¿Habrá algo rescatable en el enfoque neoclásico? me pregunté luego de leer el libro que Javier Gerardo Milei publicó en 2024. Que para entender la decisión humana, coloca en un lugar central a los incentivos y a los desincentivos. “No es la benevolencia del carnicero la que hace que se desviva por vendernos productos, sino que él vive de ello” (el texto es mío, la idea aparece en La riqueza de las naciones, de Adam Smith). Millones de ejemplos me vienen a la cabeza, pero quiero plantear 2, referidos a la política económica vigente en un par de países; y un valioso testimonio aportado por Arnold Carl Harberger. El subsuelo de Venezuela está lleno de un recurso bien valioso, mientras que en la superficie la población tiene todo tipo de carencias… y hasta tuvo que importar combustibles. ¿Por qué? Porque la extracción de petróleo tiene que tener sentido para quien encara la actividad. En el otro extremo, en la feliz afirmación de Dani Rodrik, desde que Deng Xiao Ping asumiera el poder, “los chinos no inventaron ningún principio económico, sino que los aplicaron todos”.