Las transformaciones del derecho civil francés. Les transformations du droit civil français

Para comprender el derecho francés de sucesiones y la ley del 23 de junio de 2006 que reformó la materia, es importante comenzar por hacer un poco de historia. Muy esquemáticamente, se puede decir que el Código Civil hizo en 1804 una transacción entre las fuentes romanas—muy individualistas— y las fuentes consuetudinarias del derecho antiguo —claramente más solidaristas, como se dice en la actualidad—. Esto se tradujo en una legislación con muchos tonos, que combina libertad testamentaria y orden público sucesoral. Sin embargo, con el tiempo y las evoluciones de la sociedad, esta legislación comenzó a parecer inadaptada en muchos aspectos. En cuanto a la asignación de las sucesiones, dado que en el orden legal los vínculos de la sangre tienen una preponderancia casi absoluta, la insuficiencia de la vocación legal del cónyuge (que era excepcional en 1804) no demoró en volverse flagrante. Progresivamente, se sintió también la necesidad de ampliar la libertad de disposición del causante y de ofrecerle canales mejor adaptados a las necesidades de la vida moderna. La primera imperfección fue corregida con mejoras puntuales, y luego mediante un vuelco total de las soluciones tradicionales, por la ley del 3 de diciembre de 2001 que hizo del cónyuge sobreviviente un heredero sistemático de excelente rango e incluso, llegado el caso, un legitimario. La segunda aspiración, que ya había inspirado la reforma de las particiones hechas por los ascendientes en una ley del 3 de julio de 1971, fue tenida en cuenta ampliamente por la ley del 23 de junio de 2006.