En tiempos de pandemia y aislamiento social, las pantallas son elemento clave para mantener la ganadería en marcha

Los remates constituyen la representación más realista de un mercado competitivo, donde oferta y demanda se encuentran y definen cantidades y precios de intercambio. En su modalidad de “pantalla”, al sustituir la apreciación directa del producto por la imagen de video, desconcentra el mercado físico y permite incrementar el volumen ofertado. Su transmisión por distintos medios facilita una afluencia casi irrestricta de la demanda. Cualquiera que acceda a televisión por cable, computadora o teléfono inteligente puede participar del mercado. Actualmente, las ventas de ganado por pantalla en Uruguay representan el 20% del total de transacciones de ganado de reposición. Anualmente, se comercializan a razón de 360 mil reses, por un valor aproximado a los 160 millones de dólares americanos (USD). Su influencia excede ampliamente su ámbito particular de acción. Contribuyen a la formación de precios y a transmisión de señales de mercado y ayudan a establecer precios de referencia, en este caso, para el mercado de reposición. El volumen de información que generan mejora la transparencia y la competencia, con la consecuente reducción de costos de transacción. En tiempos de coronavirus y con la situación de aislamiento social que implica, la disponibilidad de una herramienta madura y consolidada, con estas características, adquiere una relevancia enorme a la hora de sostener los motores de la economía ante la “nueva normalidad”.