Neoclásicos, androcentrismo y economía feminista: una mirada a la exclusión de la mujer como agente económico y político dentro de la disciplina económica

El presente documento analiza la forma como el modelo de equilibrio general walrasiano (MEGW) se ha encargado de ejercer su androcentrismo y masculinización a la hora de definir el campo de las ciencias económicas. Se examina no solo una visión general acerca de las críticas comunes que las economistas feministas han hecho a los axiomas y supuestos del MEGW, sino también la respuesta que los defensores de dicho modelo han dado en un intento por justificar los principios de individualismo, optimización y equilibrio. El MEGW contiene juicios de valor preexistentes que dependen del sujeto a cargo del estudio y el contexto; este último factor resulta esencial al analizar el sesgo de género existente en la concepción de la dinámica del mercado y al momento de estudiar la masculinización que ha venido incorporando trascendental e imperceptiblemente el MEGW dentro de la disciplina económica. Se concluye que la economía feminista busca una comprensión más humana e íntegra de la economía y de los procesos de inclusión y exclusión que en ella se desarrollan. *** This document analyzes how the Walrasian General Equilibrium Model has been in charge of practicing its androcentrism and masculinization when defining the field of economics. It examines not only an overview about the common criticisms that feminist economists have made to the axioms and assumptions of the General Equilibrium Model but also the response that the defenders of this model have given in an attempt to justify the principles of individualism, optimization and balance. The General Equilibrium Model contains pre-existing value judgments that depend on the subject in charge of the study and the context; this last factor is essential when analyzing the existing gender bias in the conception of market dynamics and when studying the masculinization that the General Equilibrium Model has been incorporating in a transcendental and imperceptible way within the economic discipline. It is concluded that feminist economics seeks a more humane and comprehensive understanding of the economy and the processes of inclusion and exclusion that develop in it.