Dilemas de la política

La política sigue siendo el escenario donde es posible la convivencia entre seres diversos. Aristóteles consideró la política como una forma de sociabilidad, de ordenamiento de la convivencia (politeia), más que como una forma de gobierno (politiké). Es en la modernidad occidental cuando la política se reduce al Estado y, por este camino, se vuelve una fórmula de gobierno a partir de la instrumentalización de las teorías y, peor aún, de los propios seres humanos. Ahora bien, en los últimos 30 años se han presentado importantes cambios en el mundo y, de manera particular, en América Latina. Estos cambios, producidos en los niveles político, económico y cultural, imponen la necesidad de volver a pensar las categorías con las cuales ha trabajado la política –la ciencia política, la teoría política y la filosofía política–, desde su constitución como campo disciplinar, pues se advierte cierta insuficiencia al momento de comprender o de definir las nuevas realidades surgidas en tiempos recientes. No es nuestra intención estudiar aquí estos últimos con cierto detalle, pero sí nos preocupa el hecho de que se haya producido una brecha importante entre la política contemporánea, el accionar de los nuevos actores sociales y la administración de lo público.