Brasil

“El segundo semestre de 1990 puede resumirse como la lenta agonía del Plan Collar, el plan de estabilización lanzado en marzo del mismo ano. Las tasas de inflación se incrementaron desde niveles próximos a 10% en junio hasta cerca de 20% en diciembre, y siguieron en ascenso en los primeros meses de 1991. La política económica durante el segundo semestre de 1990 se basó, en la confianza de que el ajuste fiscal y el cumplimiento estricto de la política monetaria draconiana definida en mayo serían suficientes para mantener una inflación estable e inclusive generar una tendencia descendente. Esta postura ortodoxa, revelaba una cierta pasividad del equipo económico, que parecía deberse a los traumas en su interior generados por el Plan Collar, al progresivo desgaste del equipo y al aislamiento político del gobierno. Al llegar la inflación mensual a cerca de 20% en noviembre, en un contexto recesivo, se produjo un serio deterioro de la credibilidad de la política económica. En este escenario de deterioro general que se verificaba en enero y febrero de 1991, el gobierno retomó la ofensiva y lanzó el Plan Collar, un nuevo plan de estabilización basado en un congelamiento de precios, una reforma financiera, un aumento de tarifas y una política de prefijación de salarios y administración de precios a través de cámaras sectoriales. Los resultados iniciales del Plan Collar fueron mucho mejores que lo esperado. En el área fiscal el gobierno se abstuvo de promover cualquier medida de alcance importante con miras al ano fiscal de 1991. Las evaluaciones sobre el desempeno de la economía en el segundo semestre de 1991 son pesimistas.”