ABC de la migración y refugio

Una característica del mundo globalizado es el movimiento constante y fluido entre las fronteras políticas, lo que conduce a la libre circulación de bienes, servicios y capital. No obstante, esto no es necesariamente así con los flujos migratorios, que, a menudo, encuentran una serie de restricciones de ingreso a los países, frecuentemente a través del cierre de fronteras, solicitudes de visado, restricciones de ingreso, entre otras medidas que limitan o desincentivan el ingreso al territorio. Las migraciones son procesos complejos que pueden ser multicausales, darse de forma voluntaria o forzada, así como de manera temporal o indefinida. Un ejemplo de ello es Perú, que históricamente se caracterizó por ser un país de migrantes hacia el exterior y que, a partir de 2014 pasó de ser un país de tránsito hacia destinos como Chile o Argentina a ser considerado como un país de destino para la población venezolana. En consecuencia, la migración venezolana ha tenido un impacto importante en el territorio peruano, el cual es necesario analizar con el fin de generar proyectos y políticas que permitan canalizar los aportes del capital humano. En ese sentido, el tema migratorio se ha convertido en un fenómeno de relevancia en los últimos años en Perú, tanto por el tema regulatorio como por la necesidad de implementar políticas que permitan la integración social de las personas migrantes dentro del territorio. En esa línea, la visibilidad que ha tenido la migración dentro de los medios de comunicación y las redes sociales ha generado preocupación dentro de las regiones por los impactos que podrían generar. No obstante, es importante analizar, explorar e investigar sobre los impactos positivos que tienen los procesos migratorios recientes en el país y profundizar en los aportes que suponen a las economías locales, así como en el desarrollo de emprendimientos, los aportes profesionales en el trabajo asalariado y en el consumo de bienes y servicios.